Un 6 de agosto de 1538 el adelantado Gònzalo Jiménez de Quesada
mandó construir 12 chozas en honor a los doce apóstoles y a renglón seguido,
Fray Bartolomé de las Casas, celebró la primera misa en esas nuevas tierras del
Rey.
La aventura había comenzado meses atrás en Santa Marta, donde
Jiménez había escuchado que allende las tierras, había una civilización que despertó
sus ansias de conquista.
Es así que partió con unos 700 hombres y 80 caballos, cuando
llegaron a un sitio llamado Barranca Bermeja muchos de sus hombres no podían continuar:
la espesa vegetación, las alimañas, las fieras y los zancudos diezmaron su
tropa.
Quesada escogió unos 200 hombres que mejor aguantaran las
vicisitudes y cuando traspasó la cordillera, avistó un lugar que se le antojo
un paraíso, por lo que sigue adentrándose en tierras del reino chibcha, estos
lares eran dominados por tres jefes, el más poderoso: el Zipa de Bogotá que vivía
en Nuegetà, hoy Funsa, el Zaque de Tunja y el jefe de Iraca.
Decidieron vencer la resistencia, dando muerte al Zipa y
tomaron el fuerte de Cajica, cuando llegaron con sus espadas venciendo por la
fuerza a sus oponentes, la religión católica venció a los dioses de los indígenas,
y es así que a la nueva conquista la llamó
el adelantado, Nuestra Señora de la Esperanza, para algunos historiadores
ubican la construcción de estas 12 chozas en lo que se conoce el chorro de Quevedo.
El 27 de abril de 1539 se le dio el nombre de Santa Fe de Bogotá.
Que podemos decir de Bogotá? Veamos.
Bogota. gov.co. |
En primer lugar por su ambiente cultural se le llamó la
Atenas Suramericana, de aldea campesina se trasformó en una urbe, en ella más
que nadie se asienta el centralismo, con sus virtudes y sus vicios, las primeras,
porque hay unificación de mando y las segundas porque la distancia de la
periferia al centro no deja ver los problemas de la región.
Se discute, si tiene entre ocho millones a diez millones de
habitantes, algunas de sus construcciones guardan el encanto de la arquitectura
colonial y hay grandes edificios que quieren arañar el cielo, dos cerros
tutelares la rodean y estar de turismo nos permite descubrir la historia,
Visitar el museo del oro deslumbra nuestras retinas, con
finas obras de orfebrería de las culturas prehispánicas, el museo nacional exige
varios días de estancia, descubrir el
encanto colonial de las iglesias del centro devuelve al espectador a la época de la
colonia y los canticos religiosos de una ciudad temerosa de Dios.
La biblioteca Luis Ángel Arango una de las más grandes de
Latino América y que conforman una extensa red de bibliotecas, nos sumergen en
millones de libros y documentos pero si se quiere el ambiente bohemio y
colonial. paseamos por el barrio la Candelaria, claro está no podemos dejar de visitar la Quinta donde Simón Bolívar nuestro
Libertador paso sus últimos días, antes del destierro voluntario a Santa Marta
en la que la tristeza, la ingratitud y la orfandad de poder lo llevaron a otra dimensión:
a la gloria de ser el liberador de cinco naciones.
Muy temprano, nos vamos de tour a la catedral de sal de
Zipaquira una de las maravillas arquitectónicas del mundo, esculturas de sal y mármol
nos dejaran con la boca abierta.
Disfrutar el encanto de la chorrera en las afueras de la
ciudad donde nuestra vista apenas alcanza sus 590 metros.
Pero si nos acompaña, la pareja, está la piedra del amor en
el barrio Diana Turbay, una roca de 5 metros de alto y 15 de extensión nos
permite colocar las iniciales de los nombres de los enamorados y como son
varios los días que recorreremos sus bellos sitios, una excelente gastronomía para
todos los precios nos darán nuevas fuerzas para continuar la marcha.
Ahora bien, puede decirse que este breve bosquejo de la
capital es muy romántico y que se dejan de lado los problemas que presenta,
pero he de decir, que no se trata de una crítica política, sociológica, o un
concienzudo análisis de los que han dedicado años a estos temas, sino que el propósito
es celebrar un cumpleaños más y en ese día tan especial, se cuentan los
aciertos, los triunfos, o si no, somos muy mala leche.
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